Esto no es una pistola
Nada en la vida es razonable, en realidad, dicho así
cualquier cosa podría pasar, anoche sin
ir más lejos hablábamos de tubos negros,
junto a la ventana, mientras el vecino de arriba sufría un infarto,
Por lo que supimos después, había llamado al 112,
no sin antes dejar la puerta de casa abierta
y tumbarse sobre su cama
a esperar
Desde la ventana de nuestra habitación oímos luego
como los policías confirmaban su identidad
en la terraza, con un par de llamadas
a una centralita
la identidad y la edad
del fallecido
Nacido en 1959
Hoy, a mediodía me has traído el País para que vea que
no es una buena idea
viajar ahora a Turquía
esta mañana te he dado los buenos días con una
mala noticia, tú, sin querer me
has estampado un codo
en la nariz
Pienso en una mariposa que arde
Una mariposa en una caja de cartón
opinas, yo me deshidrato, el ventilador hace un ruido
espantoso, miro al gato a punto de saltar al
vacío desde la ventana del cuarto, dudo de si
sacarle o no
de ahí
Llegarás hoy relativamente pronto,
oleré tu sudor antes de que te
duches
Seguramente nos emborrachemos
y hablemos por los codos.
Cerveza, hay en abundancia
la he visto antes, de reojo, cuando he
abierto el frigorífico.
Llevamos días dándonos besos en la
boca, además
hace poco pensé incluso que a veces actuamos
igualito que en quien teme a Virginia Wolf
en casa de tus padres, por ejemplo
que es enorme, donde los perros corren
e incluso te obedecen
y nos revolcábamos sobre la hierba,
como insectos. Actuamos, definitivamente, a
veces.
En cualquier caso no quiero oír hablar de bombas hoy
Sé que existen, que explotan a cada instante
Pero eso es algo que me concierne, sólo relativamente
y aunque tal cosa
no llegue a revelarse nunca
como una receta útil contra
el mal estado de las finazas públicas nosotros hacemos
el amor, perdemos los estribos
leemos novelas francesas
ví a Proust, lo juro, digo qué buen título para
mi libro
cariño, estas toallas no están secas
tenemos que cambiar el colchón
o acabará por destruirme
la espalda.