Una profecía en la puerta del bar
Una profecía en la puerta del bar, el
grillo y la ambulancia de madrugada
igual que el papel inútil entonces, en
la distancia enloquece, deshago las
maletas en silencio con manos de
naufrago, trato de dar cuerda al reloj.
La tristeza es la polaroid de un autorretrato.
Hormigas rojas cubren mi cara.
A bordo de aquel ferry
casi pudimos volvernos locos. Con todo,
encontramos una navaja suiza junto a un
molino y dos euros en Malpensa
La postura del ángel borracho,
novecientas maneras de sentirse culpable,
las memorias de un dios
que se arrepiente de sus travesuras
la mano dormida que quisiera
contar cerezas, la complicidad de los ingenuos,
una falsa alarma, el segundo fracaso, la sombra
que nos desanima y la mueca (un animal en el pronombre)
Ni siquiera hemos llegado a enviar la mitad de las postales
que escribimos. La delicadeza, la psicosis
de un renglón desanimado nos mantuvo
a salvo
el aire en cubierta y en la boca
el asco -a esas alturas- Olvidamos Venecia
se agotó el tabaco y el dinero. Olvidamos
Venecia, se agotó el tabaco y el dinero
y las pastillas
para dormir.
2 Pulsaciones:
...y lo bueno que tiene digerir mal es que se vomita muy bien.
Un abrazo a la relitat.
optimista teórico, ya veo
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