Desmesuradamente,
los llantos de la ciudad
eran aplastados en
a saber que hombros ajenos.
Un niño cantaba
con la tensión de un cadáver
apilado y correoso.
La silueta ondulada
del labio rojo silbante
emitía un insulto sonoro.
Y una enredadera de
andamios y metales
se erigía
donde ayer cantaban los gitanos.
El muchacho de Bagdad,
convertido en una cifra,
vociferaba furioso.
Adán destrozaba
cada noche el rostro de Eva.
La desnudez era un reptil.
Los comercios especialistas en ti.
Y nosotros,
excedentes,
uno a uno
nos volvimos economía.
Mientras tanto,
preocupados por
El creciente desorden emocional
de los aeropuertos
El botón de stop de los ascensores
El castigo de los dioses
La promiscuidad de los adolescentes
El amor minimizado
La caída del cabello y sus consecuencias
El rutinario café de cada mañana
La genética del caracol
Olvidamos descifrar
La morfología de las estrellas.
Lo único que
Realmente importaba.
Etiquetas: Besar un cadáver.
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Nano, me sobrecoge, me enrabia, me parece cojonudo.
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