Escenario y etcéteras
Aquel no era un lugar finito
Las muchachas gordas bailaban embelesadas y
Tiernas
Como mi amor por las esdrújulas.
Era este un lugar
Donde entretenerse y
Meditar
Sobre cuerpos incapaces
Carentes de orejas y ojos,
Sin comisuras ni grietas, lisos y
Llenos de barro.
Las viejas golpeaban sus máscaras agrietándolas y
Morían de frío en
Este lugar tan sucio y hermoso,
Tan lleno de pantanos y culebras como
Un club de carretera o unos grandes almacenes o
Una concurrida sucursal bancaria.
Jamás presencié mayor eternidad que
La que allí se acumulaba
Aunque,
Finalmente descubrí que
No era un lugar finito:
Que aquellas tiernas muchachas bailarán
Durante siglos
Embelesadas y que
Los rostros estarán siempre vacíos y
Maltrechos.
Que las viejas enmascaradas seguirán
Golpeándose en silencio y
Desarropadas y
Así,
Continuará siendo un sucio y
Hermoso lugar
Tan sucio y hermoso como
Ese niño desnudo y envuelto en saliva
Que me decía adiós con su gesto
Segundos antes
De verme marchar.
Etiquetas: La ciudad de los Gatos
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Quizás, solo quizás, los que ya somos gatos y viejos, veamos lo mismo, pero de otr manera.
Un abrazo profeta (+++ lírico, se nota la mano...)
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