art

Browne

Calambres Exquisitos

Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu. Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida(Artaud)

martes, 17 de julio de 2007

Cunecli (2005)

Creo que por entonces no sabíamos muy bien de qué te morías. Recuerdo que estaba aturdida y te recuerdo amarillo y comiendo un polo de la pantera rosa con una avidez que podía superar cualquiera de mis atracones pseudo bulímicos. Recuerdo a tu padre en el exterior del hospital, destrozado y triste. Recuerdo que yo no sabía donde agarrarme, que no sabíamos bien de qué te morías ni por qué. Recuerdo que tu padre entraba en la habitación y su cara se iluminaba. Su gran esfuerzo por mantener el tipo. En realidad no sabíamos muy bien si en realidad te morías, si acaso era posible que alguien como tú pudiera morirse.
Te recuerdo muchos días. Antes era todos los días, ahora reconozco que te has ido escapando, o tal vez me he ido escapando yo. Atravesando despacio pero no por ello segura, todas las vivencias, todos los mundos que corresponden a cada instante, a cada variación. Atravesando la vida mientras tu te perdías no se dónde, no se por qué y sabiendo que no era justo, cada minuto me lo decía a mi misma, no es justo, cada minuto me decía carpe diem saltando hacía donde se suponía que estaba TODO, lo especial, lo exprimido, lo salvaje.
Todo eso ha pasado un poco. He de agradecerte. Tal vez agradecerle a tu muerte el ser quien soy, el haber sido quien he sido hasta llegar hasta aquí, el haber podido tocar la amistad con las manos, con la boca, con toda la fuerza de la que era capaz. El haber elegido caminos nunca equivocados, aunque con el tiempo he jurado que fueron errores, todo eso es cara al espejo, un espejo que me escupe tal vez que no soy nada, que torcí ciertos caminos, que ignoré muchas verdades. Pero yo se que no es cierto, y que en realidad, te debo casi todo: viajes, risas, amaneceres con los ojos de colores, abrazos de mistela, escapadas a chelva, una belleza extraña y dura.
Y cuando pienso en lo poco que me gusta ser tan grande me acuerdo de cuando me llamabas hermosota. A mi y a Mx, las chicas grandes.
Te quiero, amigo. Estés donde estés.
Hoy ya no me importa saber de qué te moriste, ahora que lo se. Lo que me importa es que al final sucedió, y una caja de color claro se lanzó al fuego.
Aunque yo sé que tu no estabas dentro.

0 Pulsaciones:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio


han venido