no hay mucho que hacer
se habían olvidado de que yo estaba dentro
hablaban como si diseccionasen el aire
con sus aires de moluscos aristócratas
yo me había pasado toda la tarde
a lomos de un caballo de fuego
apoyado en la mesa de la cafetería
de aquella universidad
tan barata
bebiendo licor sin pagar nada,
abusando de la confianza de una camarera
y mirando la carne pasar
no me preguntaron por mi mal aspecto
supongo que parecía perdido
e inspiraba lástima
de vez en cuando
se asomaba por el lugar
otra chica de Estrasburgo
husmeando el territorio en busca de vida emocional
sin éxito alguno
pretendía acabar hablando de los niños irresponsables
y hacerlos crecer.
yo solo esperaba el suicidio del agua*
algo de ruido eléctrico,
gaitas escocesas
que despejasen las calles
para poder pensar
en algo mejor
*disculpe el préstamo, q.
2 Pulsaciones:
Que bueno!
( lo único que no me gusta es el último verso apartado, las cucarachas no piden disculpas)
...a parte de estar, metidos en la cama.
Hoy no es un día triste, pero eso tú nunca lo sabrás.
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