Poema de la quietud que asola los talleres para mujeres separadas
Las amas de casa hablan de sus cosas, de teléfonos móviles
mopas y estaciones de esquí, mientras acude este colapso nervioso
es casi como estar en Liverpool, con lluvia
como en aquel viaje
un
infierno de gotas.
Recordando luego al chico de Barcelona, esas cosas frágiles hechas con hielitos, puntitas
de veneno bajo la epidermis, el dolor de cabeza soportando ecos, no
sé, saben, era todo muy sencillo
su cabello tenía el oscurantismo de un látigo, se balanceaba
sobre mi, me tumbaba en suelos fríos, todo parecía
desaparecer y creaba un monstruo, nada más parecido a una
muerte con esquirlas, una preciosa marabunta de venas y recovecos
hagamos de esto, una mañana,
cualquier cosa.
Después suena un teléfono.
Todo fácil, todo limpio.
Las amas de casa hablan de sus cosas, de series de televisión y
punto de cruz, de juegos de ordenador para entrenar el cerebro y
de cables y maridos que no han vuelto nunca de su escapada
nocturna.
Después un tipo sin pelo me llama señorita, después habrá que
arrodillarse justo en la esquina, para no perderse nada, ver
a los niños crecer, ver a los viejos morir, todas hablan
demasiado alto,
todas son rechonchas, todas
con gafas y este perfume inclasificable, una mezcla
de zotal y sudor bajo las uñas
la muerte y la gloria con zapatillas anatómicas.
Me llamas
no dices nada
estar en contacto es hermoso como tumbarse
al sol, en silencio, con la gravedad de la misma naturaleza
tan liviana y pesada y negra, tan bella y radiante con
siniestros animales y pérfidas hembras
con ramilletes y procesionaria del pino
con hielo en las alturas, con pelos y sangre y
fluidos enfermedades sonidos cardiacos
nada de entonces importa demasiado
sólo tú.
No sé si lo entiendes.
Las mujeres, de todos modos
han ido a la peluquería.
3 Pulsaciones:
¡ PERO QUE BONITO ESCRIBES¡. Y LO DIGO CON MAYUSCULAS. ¿VALE?
BESOS.
SE OS ECHABA DE MENOS.... Y ESTO TAMBIEN LO DIGO EN MAYUSCULAS.
BESOS.
No sé, Safrika, en ocasiones así uno se enorgullece de haber compartido más una cerveza con usted.
Me quito el sombrero, sinceramente, estar en contacto es hermoso como tumbarse, aún sin decir nada. Ya sabes, esas cosas, esos detalles, dejar caer la mano y que suene la música.
Bien, ya sabes de lo que hablo, en definitiva. Un abrazo.
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