Radiografía de Adán II
una mujer mordió las venas
la mujer eva que de mí se alimentaba como un hatajo de muerte
el joven baal que dormía burlón sobre la hierba.
eva se ha marchado y aquí solo tengo frío y nieva a veces.
los demás hombres son caballeros e imbéciles, pero tú
eras una flor sobre los hijos, y te necesitan nuestros hijos de piedra.
ya no me queda plata ni el diente aquel que yo tenía
y ahora camino así
arrastrado por las rocas, salivando
como la lagartija que pisoteó Adolfo y yo intenté resucitar.
la noche estaba sucia si te marchabas.
un aguijón, un viento frío me recorría la frente como un asesino inútil.
la técnica era precisa, te marchabas sin lluvia.
eras cualquier mujer mordiendo una vena sigilo
eras todas las mujeres, por la serpiente amadas sobre un charco.
no vas a regresar para un camino nuevo
para alumbrar un tercer hijo que nos empape de vino la pena
para celebrar la muerte de todas las cosas que fueron nada,
que aquel rumor convirtió la piel en nada y las rocas en nada y el bosque en gemidos únicos los mordiscos, la anestesia, las formas elípticas de un cuerpo, regresa
para que lloren los desgraciados
y hagamos el amor mientras el llanto.