Debajo de mi pelo están nuestros hijos
Pequeños héroes alados anónimos ignorantes
del mundo que
se muere en un azul de cardenal
Ellos sólo buscan
nacer
y perpertuarse
Comer el horizonte, verticales y volverse
hacia nosotros con el pecho
henchido
de burbujas que
pujan por salir explotar
existir y rodar
flotando.
Y yo que me quedo a veces
mirándote y me escondo
en la muesca
de tu entrecejo
Y yo que me quedo a veces
con las uñas entre los dientes
y diciendome entre dientes
que debe ser
eso lo que me pasa cuando tiemblo
al ver como
escondes la cara entre las manos
o me golpeas suavemente con las palmas
y me sostienes en la oscuridad sin que
parezcan
importante
mis
rarezas.
Yo tengo
esos ascensores dentro
con los que
viajar
al infierno
con los que viajar
al centro
de la saliva
roja de sangre
de encía.
Y sin embargo
tú consigues ampliar las salidas
que remita
la claustrofobia
que ponga los pies
aquí
que
pueda
mantenerme
en
pie.
Que quiera
mantenerme en
pie
sin remedio.
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