Oídos gangrena
Delante del veneno intenso y pleno del mundo,
Esparcido por primera vez,
Una vez
Por siempre,
Sobre la piel de la tierra,
Desde la caja maldita de Pandora.
Presentes que parece mentira que ocurran juntos.
El asombro predecible,
Que da
Las gracias al hábito
Y arrincona la desazón,
Institucionalizando la barbarie.
No hacen por compararse con la sensación
Entre sorpresa y olvido,
Tantas veces sucedió,
Que te produciría en el alma
De dudas inconexas,
Imprecisas,
Repleta.
Sentir,
Oír,
Decir:
“Es: ... esto…”
Jamás.
Jamás.
Nunca quiero respirar
El aroma de azufre verdad,
De ese cáliz de hojas verdes caliciformes.
No quiero saber nada de secretos.
Sé
De que van
Las escuchitas
De los de dentro.
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