De niña
me subía a la bicicleta y jugaba a
bajar por los caminos empedrados
con los ojos
siempre
cerrados.
Aquello me costó más de una
herida.
Una piedrecilla llegó a incrustarse
en la piel de mi rodilla izquierda
que todavía hoy, puede verse.
Ahora cuando vuelvo a casa
por esa nueva y horrible
circunvalación
cierro los ojos cuatro segundos
masco chicle
me acuerdo
de aquello
y me juro
no volver
a hacerlo
nunca.
6 Pulsaciones:
oh oh oh!! Un par de guerreros!!
sólo decir, perro y perra, que hay alguien que os lee, (aunq sea verano), y que se complace de vuestras letras.
salud os y poesía!
No sólo uno..
...y yo también. Vosotros, como maestros ir abriendo camino que los kuanticos os seguimos. Os admiro y os quiero cada dia+++.
por leerlos que no quede. I also.
Marcelino Cons
Perdona Saf, no dije nada. Brutal el poema tía.
Bufff. Que bueno.
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