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Browne

Calambres Exquisitos

Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu. Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida(Artaud)

sábado, 22 de diciembre de 2007

Mira hacia el cielo una estrella
Nota desde dentro como brilla
Maravilla carente de término de salida
Dirección esquiva que sugiere sin punto que refleja

jueves, 20 de diciembre de 2007

La puerta doble

Lágrimas, sueños truncados, dos vidas que a partir de ahora divergían en sus caminos. Y todo por su culpa. “¿Qué pensarán mis hijos de mí?”. En su mente repiqueteaban los porqués sin respuesta de ella. En la garganta, un nudo. Nadie te enseña en la vida a tomar este tipo de decisiones. Los ojos, vidriosos, y por la espalda, un sudor frío como la escarcha. La casa seguía siendo la de siempre. Mismos muebles, misma decoración, misma vida. Él y ella, sus hijos, aún no sabían nada. En las venas de su frente se agolpaba la sangre. La piel, un poco más rosada que de costumbre. Después de cada voz, un silencio que duraba millones de años. Al final del pasillo, de un pasillo de veinticuatro años, se encontraba la puerta. La misma puerta de siempre. Avanzó hacia ella. A su paso iban muriendo los sueños, la esperanza. Pisada tras pisada. Se detuvo en el umbral de la puerta tan sólo un instante. En el marco del pasillo colgaba una rama de muérdago.

Abrió la puerta. Todo el mundo le esperaba. Sonrisas, jaleo, niños pequeños. Dos vidas que a partir de ahora convergían hacia un mismo punto. Ella; exótica, distinta, nueva. Sus hijos, el piso, sus problemas, todo nuevo. Nuevos muebles, nueva decoración, nueva vida. Con un par de bolsas en las manos, entró, miró a su alrededor, suspiró, y se acercó al comedor. Y por la puerta, la nueva puerta, no tuvo que preocuparse, alguien se encargó de cerrarla por él.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Cerebro reptil

Intuición: sentimiento hecho acción.
Estando en el ahora
Ni pasado
Ni futuro
Desde dentro hacia fuera
Sintiendo
Sin pensar
Sin imaginar
Sintiendo
Estando en el ahora
Sentimiento hecho acción

Poesía del Silencio

Lo que sientes
<
Lo que piensas
<
Lo que dices
>
Lo que piensas
>
Lo que sientes

Tu y yo


…nuestra mente todavía guarda oscuras Áfricas, sus borneos no cartografiados y sus cuencas del Amazonas.
Aldous Huxley
No importa dónde estemos, la sombra que corre detrás de nosotros tiene indudablemente cuatro patas.
Clarissa Pinkola Estes. “las mujeres que corren con los lobos”
En un sentido verdadero toda la vida está interrelacionada.
Todos los hombres están atrapados en una red
inevitable de reciprocidad, vinculados a
un destino único. Lo que a uno le afecta
directamente, afecta al resto indirectamente.
yo nunca podré ser lo que deba ser hasta que tú
seas lo que debas ser, y tú nunca podrás ser lo que
debas ser hasta que yo sea lo que deba ser.
Esta es la estructura interrelacionada de la realidad.
Rev. Martin Luther King.
Si alumbras lo que está en tu interior, entonces, lo que está en tu interior será tu salvación.
Si no alumbras lo que está en tu interior, entonces, lo que está en tu interior te destruirá.
De los Evangelios Gnósticos.

Akasha (ã kã/ sha) es una palabra en sánscrito que significa
«éter»: lo que penetra todo el espacio. Originalmente significaba
«radiación» o «resplandor» y en la filosofía hindú Akasha era
considerado el primero y el más fundamental de los cinco
elementos — los otros eran Vata (aire), Agni (fuego), Ap (agua)
y Prithivi (tierra). Akasha reúne las propiedades de los cinco
elementos: es la matriz de la que emerge todo lo que perciben
nuestros sentidos y a lo que todo vuelve al final. El Registro
akásico (también denominado la Crónica akásica) es el archivo
permanente de todo lo que ocurre y de lo que ha ocurrido en el
espacio y en el tiempo.


Laszlo, Ervin. “la ciencia y el campo akasico”.

sábado, 15 de diciembre de 2007

sabat

He amanecido algo revuelto y no es mi culpa.

En primer lugar he de hablar
del desvelo provocado por la posibilidad
de que te marcharas sin avisar
seguido de un, efectivamente
hasta luego amargo a eso de las 8.

Despertadores a las 10 para abrir la puerta
al casero aragonés de setenta años
que nos repite las cosas tres o cuatro veces
cuando nos habla de chapuzas.
Es ya mayor.

Tenemos la luz de la cocina,
confieso mi culpa,
estropeada por un fallo humano.
Es por eso que el buen hombre
sacrifica su mañana sábado
y jode la mía
para arreglar la bombilla.

La mirada asesina de mi compañero de piso
cuando se marcha a su trabajo
me hace pensar en la magia de los pestillos
y
me planteo desayunar
con un par de sus rebanadas de pan
que tanto esconde siempre
por supuesto,
a su salud

Llegan las 12:30 y mi casero
parece haber logrado aislar el problema
pero me comenta con ensayada sutileza
que no está dispuesto a correr con los gastos,
es decir,
a pagar una bombilla nueva.

Le ignoro y vuelvo al cuarto,
ya no estás,
me pregunto por qué sigo comprando revistas
si ya no las leo,
por qué no compro comida rápida
cuando tengo prisa

en general, me pregunto todo tipo de cosas
estúpidas e inútiles,
gasto mi tiempo sin remordimiento
y no es simple, créanme,
no es simple asumir cierto descontrol,
cierta incoherencia en todo,
perdonen el existencialismo pero soy joven,
y mi compañero de piso ha vuelto
golpean a la puerta y no disimulo una mueca irónica,
perdonad, estaba estudiando
me enseñan el novedoso grifo que han instalado
a todas luces lo más inútil de toda la casa.
Aprovechan la ocasión para recordarme
que ha llegado la factura de la luz y que,
bendita asociación de ideas,
sigue faltando una bombilla.


Consigo no vomitarles en la cara,
pero me siento realmente desgraciado
sin motivo aparente;

vuelvo a mi madriguera al fin
para pensar estupideces,
para preguntarme qué estarás haciendo tú,
al tiempo que me rasco la espalda
en busca de metáforas decentes
que justifiquen la escritura
un sábado por la mañana
metáforas violentas con las que cerrar
este poema.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Confío en mí

La senda se hace a cada paso sintiendo el peso de la planta
Ya no más: acción en busca de sí misma...
Confío en mí
No hay viajes de sentido
Confío en mí
Crear, dar, recibir
Confío en mí
Rescatar el enfoque de la mirada neutral
Confío en mí
Vista hacia dentro
Confío en mí
Como los ojos de caracol
Confío en mí
Escribir más claro lo que no sé y siento
Confío en mí
No mires hacia el suelo, no existe
Confío en mí
Hacerlo para mí
Confío en mí
Pestañear es volver a empezar...
Confío en mí
El espacio que tiene lo que se siente al no pensar
Confío en mí
Hablar más fuerte y así escuchar
Confío en mí
Abrir la grieta antes de oírla
Confío en mí
No se trata de Ego
Confío en mí
Somos un canal
Confío en mí
Hechos de la luz que todo lo ilumina
Confío en mí
Las chispas de los ojos
Confío en mí
Por que si todo es posible hay que tomar posiciones
Confío en mí
El cambio noble es estirpe humana
Confío en mí
Caricia de las cerúleas olas
Confío en mí
No hay cambio, sólo hay
Confío en mí
Amplia la percepción
Confío en mí
Nada más sutil que una mirada
Confío en mí
Qué ves si la desenfocas
Confío en mí
La verdad sin engaño: Intuición
Confío en mí
Aunque el miedo esté ahí, la verdad estará presente
Confío en mí
Todos somos uno
Confío en mí
Nutrirme a mí mismo
Confío en mí
Amor incondicional
Confío en mí
Tan preocupado en ver que eso me ciega
Confío en mí
Decir lo que de verdad se quiere
Sin esfuerzo surge la calma
No se puede decir la verdad
Si la verdad sólo puede sentirse
No hay nada que buscar
Todo está aquí y ahora
Confío en mí
Y así:
Confiaréis en vosotros

Para el lector creador

Y al final, todo es tan sencillo. Que de fácil, es lo más difícil: Sentir. Sentir, simplemente eso. No pensar tanto. Fueron unos meses largos, una vida intensa, un espíritu en búsqueda de lo que siempre estuvo ahí. Y sigue siendo así.
Salir de la trampa, tanto pensar que se olvida sentir. Y así, el hacedor que nos forma con la intención de una óptica prefijada, el condicionamiento adquirido con la mirada formada, nos aleja, de nosotros mismos y evita que seamos lo que somos. Todos uno.Me es preciso, escribir de otra forma, cantar otras poesías. Escribir para mí, por que en mí confío. Ser menos visceral, arrinconar las pasiones regidas por el ego, sentir más, pensar menos. Ser neutral en la distancia justa, la mía propia.
No importa hablar o no de mariposas “Mirada de mariposa, naciendo cielo con cada aleteo”. Pensar que me toca de lejos y que, pese a esto, me dan rabia estas longitudes, estas latitudes…, y querer ser social y hacer por derrocar, bandera de mi ego que ondea por los aires de los demás, el error, de quien se cree mejor que otro, de los que se piensan distintos, y así actúan (quizá sea su karma, y lo otro el mío).Por mucho que me enfurezca, llevo mucho de eso dentro de mí todavía. Uso coche, pago con dinero, como cago y meo, y gasto agua… O tal vez, conseguir que un escritor, escriba lo que quiere para él, para todos, y no lo que le compran.Y qué me pienso yo, que debo, que tengo, que dejar de hacerlo.Todos tenemos ojos. Todos podemos aprender a mirar distinto, desde dentro, no en el afuera. Y cada uno, debe tener sus decisiones propias, apoyadas en lo que sienta y hacer con ello, el pilar más robusto, que lo sujete todo y sobre el que fabrique, su vida. Pero la decisión, es de cada cual. Su particular proceso. De nuevo el pensamiento racional, intentando hacer sentir. Algo que sin embargo, siempre está pasando. No cesa de ocurrir. Sin esforzarse.
El pensamiento racional que intenta ser lo primero, en lugar de aquello que lo forma, el sentir al que intentamos dar explicación. Y al caer en el bucle interminable de los pensamientos, hacer con ellos, lo que nos ocurre. Hechos como lo estamos de agua, forma más bella, más mágica y más común. El milagro de la vida haciéndose realidad.La dicotomía del pensar, patrón impuesto.Kant hizo un libro muy gordo sobre la existencia de Dios, y otro igual de largo, sobre su no existencia. Esto sería un ejemplo de la encerrona del pensamiento, la relatividad de la vista ovalada. Del libre albedrío al determinismo. Una evolución para intentar dar sentido, al movimiento que tiene cada cosa. En lugar de sentirla, la vibración que nos conforma y de la que somos parte. La respuesta gatillo, percutor del espacio, que continúa la vibración, y hace mover la grieta.
Hay tanta distancia entre dos átomos, entre un átomo y su electrón, como la amplitud del universo. Además de tanta energía, como la que las aúna como la misma cosa. Y todo está en movimiento, y sólo esta “fijo” al verlo.Se puede aprender en un día tantas cosas, y olvidarlas al día siguiente para seguir aprendiendo. Esperar a que la mente esté clara, y surja por sí misma la decisión justa y precisa, para continuar en el baile, para sentirse en él…Podría ser muy larga la sucesión de reflexiones, como la sardina comiéndose, o los monos que aprenden a lavar la fruta en el mar. Todas las posibilidades. Pero existen muchas cosas por sentir, mucho espacio para dar y mucha intención con la que crear. Aquí, no se te enseña a pescar, se le da a uno la caña, y que sienta o que piense o que pesque o lo que quiera.No sé si habré conseguido que algún amigo, escuche algo más lo que siente. Que alguna amiga sienta más de lo que piensa. Siento, haber dado espacio para eso. Y haber incidido con el grosor de una llama, por que ocurra.

jueves, 13 de diciembre de 2007

canción mala temperada

Y celebrar así la falta de inspiración
las fórmulas corrientes de expresión al desuso
lo incesante de los ceños fruncidos
y mi voz apagada bajo la ropa

aplaudir el insistente goteo de reproches
las ganas ahogadas y el frío presente,
el aprecio a huir que no hemos de olvidar
por atajos de fingida indignación
tras la puerta roja.

Que ahora los dedos vuelven a beber,
las estaciones y meses que cambian a su antojo
pero que aún así se acaban,
inundados juntos,
con pañuelos arrugados en los bolsillos
llenos de mocos
oh sí,
llenos de mocos.

Mientras tanto esas otras
por los bares que compartimos
y el azul de las radios que ahora suena
que pronuncian nombres que no tienen nada que ver,
nada,
con el resto del mundo;

quizá la resaca sin sentido
los escotes en mi nuca al regresar
el silencio inmóvil que huye despavorido
los abrazos con dagas escondidas
que duran menos: lo justo
sea, y no tú,
lo que llevo dentro.

martes, 11 de diciembre de 2007

Para Lu. Es decir: para todos

El día de la cueva mis ojos se acostumbraron a la oscuridad
Tras unos segundos
-como dijo mi hermano-
La pupila desenfocada
Cueva que significa Madre
Un sitio tan antiguo
Como las edades de los hombres
No sentí miedo.
Recoveco del inicio de los principios que empiezan
Y empiezan
Para la liturgia
Sacralizado por alguno
Por tantos…
Que foliaron a la Venus
Y la llevaron a algún jardín demoníaco
Al lado de un olivo cercenado y centenario
Para hacerle olvidar de dónde venía.

El cambio tiene el particular de ir seguido de nuevos cambios

Si abres algo no se vuelve a cerrar
Hay más espacio para llenar

Cómo se puede rendir alguien aquí
Cómo se puede tener miedo a algo que ocurre

Fuera de la cueva
Mis ojos volvieron
Con la mirada de dentro

lunes, 10 de diciembre de 2007

Crónica

Polly está viendo morir la luz. Cuesta admitirlo, porque suele morirse ahí, en la cabecera de la cama. Uno no suele fijarse mucho en estas cosas, se da cuenta cuando el tema ya no tiene arreglo, pero Polly está viendo morir la luz. La ve morir un poco cada día, hacerse más pequeña e ingrata, saludando ya medianamente entre un abrazo o una tos. No es que Polly sea más lista, ni más observadora, sólo ha dado la casualidad, ésta vez. Polly no quiere que la luz se muera. Haría cualquier cosa por mantenerla a salvo de la combustión lenta y porfiada, del atraco de las tazas del café, la alfombra sucia, los pelos que crecen en las piernas, el mal despertar de la siesta y los kilos de más.
Y es que uno cree que lo atrapa todo por ese sentido, siempre estúpido, de la singularidad del propio amor. Leyes de la telepatía y avances informativos. Planes y estrategias, viviendas compartidas, fundido en negro.

Pero ahí están los pedos y los berridos, lo inclasificable de algunos olores, la sangre siempre seca en la orillita de las bragas después de la menstruación, el aliento por las mañanas podría cortarse con un cuchillo y la violencia de algunas miradas podría ponerse de ejemplo para ilustrar "ataque psicológico" o "velocidad del sonido" o "aire contaminado" o "vacilación con riesgo". Así que la luz se muere, y Polly se sienta al borde de la cama, y la mira fijamente. No quiere perdérselo esta vez, no quiere que la extinción completa la pille por sorpresa.

Él no suele dar portazos así que cuando los da todo en la casa parece temblar. Las estanterías y los cuadros, la gata tuerta se que se esconde, tiende a tropezarse cuando se pone nerviosa.
Ahora Polly parece más vieja y es la encarnación misma de la rutina y el tedio. Ni siquiera es pelirroja de verdad, y aunque eso él ya lo sabía, ahora parece cobrar una importancia sustancial. Lo nimio y escondido está vibrando, detrás de la ropa ahora mismo, no hay más que ver como la ducha no es lo que era en compañía. Ya no tiene ganas de meter la barriga, sólo nota que se acartona y se despelleja viva, con todas esas cremas y unguentos para escapar de la fatalidad.

De todos modos fue magnífico juntar los libros, añadir páginas a la propia vida, páginas importantes, con todas esas letritas que justifican todo el espacio ocupado, todo el polvo que se acumula y esos árboles muertos. Hubo cosas agradables. Poner aquellos discos de vinilo ordenados por año de publicación, regalar los repetidos, escarbar en las fotos del otro hasta encontrar alguna delatora, pellizcarse para no despertar. Y los lunes por la mañana tener un móvil para llegarse hasta el trabajo.

Se ha puesto el pijama. Sigue sentada al borde la cama, y con una mano alisa la colcha. Ahora fuma menos, los estantes estallan en cuerpos de distinta hechura y se tumba despacio, los ve desde ese ángulo. Pone las manos a modo de almohadita, bajo la cara, y encoge las piernas.

El pijama es amarillo pálido.
Mañana tiene que levantarse a las siete.

lunes, 3 de diciembre de 2007

El hombre que (vilmente) se devoraba a sí mismo

Había (imaginé) cierta maravilla
en aquella manera de contemplar los charcos y
casi nunca
evitarlos...

El siervo rugía: -Perdón- decía:
-¡Perdón!
(y otras victorias que más tarde encontré
en su pronunciación gutural,
ahogada de por sí)
cuando
destrocé su carne con mis
fauces de bestia,
porque sí,
también yo soy una bestia
al fin y al cabo.

Quizá más tarde,
ataviado para la ocasión, en
oficio de causa perdida o paria en repudio
distinguiendo sus semejanzas con el viento o
el sabor de la sangre arrancada de un cuerpo tan
blanco y joven,
Decidiré
entregar como trofeo esta maldita ciudad a
Los Gatos,
en honor a su habilidad para ocultarse y
desconcertado por su
ejemplar forma de habitar.

...rechacé entonces el pan, pero
sí,
tomé una última copa
mientras la esperaba.

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Escenario y etcéteras

Aquel no era un lugar finito
Las muchachas gordas bailaban embelesadas y
Tiernas
Como mi amor por las esdrújulas.
Era este un lugar
Donde entretenerse y
Meditar
Sobre cuerpos incapaces
Carentes de orejas y ojos,
Sin comisuras ni grietas, lisos y
Llenos de barro.

Las viejas golpeaban sus máscaras agrietándolas y
Morían de frío en
Este lugar tan sucio y hermoso,
Tan lleno de pantanos y culebras como
Un club de carretera o unos grandes almacenes o
Una concurrida sucursal bancaria.

Jamás presencié mayor eternidad que
La que allí se acumulaba
Aunque,
Finalmente descubrí que
No era un lugar finito:

Que aquellas tiernas muchachas bailarán
Durante siglos
Embelesadas y que
Los rostros estarán siempre vacíos y
Maltrechos.

Que las viejas enmascaradas seguirán
Golpeándose en silencio y
Desarropadas y
Así,

Continuará siendo un sucio y
Hermoso lugar
Tan sucio y hermoso como
Ese niño desnudo y envuelto en saliva
Que me decía adiós con su gesto
Segundos antes
De verme marchar.

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